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sábado, 2 de abril de 2016

Será que nos estamos volviendo fascistas y no nos damos cuenta?



El fascismo tuvo su lugar en la historia del siglo XX. Pero, el término sigue siendo utilizado para denominar determinadas acciones, actitudes y situaciones. Algunos pensadores serios advierten sobre la necesidad de revisar lo que está ocurriendo con la cultura. Es que el fascismo, de ser un régimen político (como el de Mussolini o el de Hitler o el de Franco) se ha transformado en un modo de ser, en una cultura. Eso significa que se ha vuelto parte de las relaciones cotidianas en muchos lugares del mundo. 


Publico esta lista de características del fascismo con el objetivo de ayudarte a identificar, que hechos, personas o situaciones tienen características fascistas. 

Características de la cultura fascista



Las únicas razones verdaderas son la suyas. Quién piense diferente debe ser eliminado o excluido o ridiculizado.

Quien opina diferente debe recibir el odio más intenso posible, la burla, el asedio, la recriminación, la exposición pública.

Una persona distinta en cualquier sentido es considerada un enemigo.


Defiende la idea de un gobierno fuerte.

Pertenecer a una raza, clase social, religión, genero distinta puede ser castigado, incluso con la muerte.

Se difunde la sensación popular de patriotismo (Reinados, Fútbol, Ejército, Símbolos).

El Estado pasa al servicio de las empresas privadas y pasa a formar parte de una simbiosis esperada por los empresarios.

El odio voraz de toda izquierda, por principio.

El odio a inmigrantes. Más aún si son de otras razas o de otra religión.
Defensa absoluta (sin crítica) del capitalismo y sus valores.



Supresión de las garantías individuales, especialmente, como respuesta a supuestos enemigos invisibles.


Defensa de la Dictadura militar o civil.

Culto a la personalidad (semi-diosificación de los gobernantes) o de un determinado líder.


Prohibición del desarrollo artístico e intelectual. El conocimiento es algo despreciable.


Fomento al progreso bélico. Apología de la guerra, de la fuerza, desprecio por la paz. 


Control de los medios de comunicación. Estos en general son acríticos con gobernantes de derecha. Y supercríticos con gobernantes de izquierda. 


Los medios de comunicación dedican espacio máximo a las noticias sobre robos, trancones, fútbol, reinados y casi ningún espacio a las cuestiones importantes del país. Abundan los programas como telenovelas, concursos y famosos. El consumo es el único denominador común.



Violencia como método para la aplicación de la justicia a través de grupos armados organizados: paramilitares. O con el uso excesivo de la fuerza pública sobre grupos de ciudadanos que reivindican derechos. 


Violencia injustificada y justificación de la tortura de los considerados enemigos.


Xenofobia, Homofobia.


En principio, el fascista establece una división radical entre el bien y el mal. Lo que es el mal es todo aquello que en términos de raza, clase, religión o ideología política es diferente de sus posturas. Y, claro, la mal, hay que erradicarlo, lo cual justifica el uso de la violencia extrema.
Bien, ahora pare y piense: éstas actitudes hacen parte del lugar en dónde vives?  Si identificas varias o algunas de estas características, seguramente comenzarás a entender qué es lo que está pasando.

Lo importante es comenzar a pensar el antídoto para esta situación.

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