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viernes, 3 de abril de 2020

Sumar epidemia y guerra: El error histórico que están a punto de cometer Trump y Duque. La historia lo demuestra.


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 Edilberto Afanador Sastre
Sociólogo
La Época conocida como la Antigüedad (la Era de los grandes Imperios Persa, Egipcio, Griego y Romano) terminó hacia el año en 542 d.C. con la llamada «Peste de Justiniano», que azotó el Imperio bizantino, especialmente Constantinopla. Murió un un tercio de su población en lo que se registra históricamente como el primer brote de peste bubónica. El impacto de la enfermedad fue global y dejó una profunda huella social y económica. Mientras atendía la epidemia, el Emperador Justiniano, promovió las guerras que consideró necesarias para recuperar el Mediterráneo occidental. El Imperio bizantino se encontraba en guerra con los vándalos en la región de Cartago, con los ostrogodos en la península italiana y con el Imperio sasánida. La plaga perjudicó los planes de Justiniano de restaurar el Imperio romano y su conquista de los territorios de occidente. Lo que logró fue despertar la ira de sus ciudadanos que se levantaron en graves disturbios sociales y el debilitamiento profundo de su economía y ejércitos después de largos años de epidemias y guerras. De hecho, muchos historiadores, al estudiar el final de la Antigüedad y el comienzo de la Edad Media, incluyen como uno de los factores, a persistencia de la peste combinada con las guerras y el desgaste que con esos dos factores sufrieron las estructuras decadentes del Imperio Romano. El propio Justiniano casi muere por el contagio.
El siglo XIV, que marca también el periodo crítico del final de la Edad Media, fue un siglo de guerras. La pugna territorial entre Francia e Inglaterra conocida como la guerra de los Cien Años (1337-1453) fue devastadora, pero no la única. Italia se pasó la centuria ocupada en enfrentamientos civiles, al igual que Castilla, que vivió la lucha entre hermanos de Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara, mientras que Alemania sufría un período de gran anarquía política. A estos pulsos por el poder habría que añadir las numerosas revueltas sociales que tuvieron lugar, tanto campesinas como burguesas. Francia vivió la de la Jacquerie (1357), un estallido de odio de las clases humildes hacia los señores. Todos esos conflictos no habrían sido tan devastadores sino hubiese aparecido en el escenario europeo, la peste. Y llegó a través de la guerra o la guerra facilitó su propagación.
En 1350, los tártaros sitiaban Caffa, un puesto comercial genovés en el Mar Negro (hoy Ucrania). Los sitiadores habían viajado con la peste desde Catay (China) a través de Mongolia. Su jefe, el khan Janibeg, concibió la brutal idea de catapultar sus cadáveres contaminados sobre las murallas de la ciudad: murieron así sitiados y sitiadores. Algunos genoveses sobrevivieron y llevaron 12 galeras -y muchos microbios a Messina, Sicilia, transportando la peste al continente europeo. De acuerdo a esta versión, así habría sido el comienzo de la gran epidemia de peste negra en Europa.
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En torno a 48 millones de personas habrían muerto directa o indirectamente, ya fuera por contagio, por abandono –en el caso de ancianos y niños– o por falta de recursos básicos. Los campesinos abandonaron sus campos y sus cultivos dejando a los señores feudales sin su base de sustentación: el trabajo de los campesinos. Así, crecieron las ciudades y la economía feudal desapareció dando paso a una nueva era, el Renacimiento. La Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia, se enfrentó a un inesperado enemigo que vendría a diezmar ambos ejércitos e imponer una larga pausa: la peste.
La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Los soldados que participaron de la I Guerra Mundial, una vez finalizado el conflicto, se la llevaron a sus respectivos países.Todavía no se sabe con exactitud cuánta gente murió durante la guerra. Los datos oficiales hablan de unos 9 millones de soldados y 7 millones de civiles muertos durante los combates.Además, 6 millones de personas murieron por culpa del hambre, las enfermedades y la falta de recursos derivados de la guerra. Hubo más de 20 millones de heridos. Es decir, la Epidemia que surgió de la guerra, matí más personas en todo el planeta que la misma guerra.
Centenario de la "gripe española" de 1918 | Comité Asesor de ...Pandemia en tiempos de guerra: cómo fue la gripe española de 1918 ...
Otras fuentes ofrecen cifras peores: El Día del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, en 1918, el mundo ya estaba combatiendo otra batalla. Había estallado la gripe española, una pandemia que al final mató a casi tres veces más personas que los 17 millones de soldados y civiles que fallecieron durante la llamada Gran Guerra, casi 50 millones en todo el mundo.
Los soldados de la Segunda Guerra Mundial también padecieron múltiples contagios bacterianos y virales: padecieron y muchos murieron por Tularemia, o fiebre de las ratas, una bacteria que infectó las trincheras y devastó contingentes enteros. Ratas infectadas fueron utilizadas como armas biológicas contra los ejércitos enemigos. La Disentería, provocada por la ingestión de agua contaminada, también causó enormes bajas a los ejércitos.
Las guerras, en fin, producen las condiciones ideales para que las bacterias y los virus se afiancen, afirma Jonathan Ball Profesor de virología de la Universidad de Nottingham. A través de la historia, las enfermedades infecciosas han influido y han sido fuertemente influidas por la guerra. Como explica Matthew Smallman-Raynor, profesor de geografía analítica de la Universidad de Nottingham: "mientras que la naturaleza de la guerra ha cambiado con las épocas, el vínculo entre la guerra y la enfermedad permanece tan fuerte como siempre".
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Hoy, como en el pasado, el colapso de la higiene y de los sistemas sanitarios en tiempos de guerra significa que las infecciones conocidas se restablecen rápidamente de una forma oportunista en poblaciones afectadas por el conflicto", señala.
Tanto civiles como soldados terminan viviendo en condiciones de hacinamiento e insalubridad, caldos de cultivo ideales para una variedad de infecciones bacterianas, virales y parasitarias.
Eso es lo que va a suceder si Trump y los gobiernos que lo apoyan, Colombia y Brasil, insisten, estúpidamente en traer la guerra para un continente que está en medio de un proceso epidémico. El Coronavirus ya está en todos los países de la región y estos no cuentan con sistemas de salud robustos capaces de mantener el patógeno controlado. El resultado es completamente predecible: el caos producido por la guerra se sumará al caos producido por el virus. Estos países, que ya sufrirán las consecuencias y desajustes económicos y sociales causados por la pandemia, tendrán que sufrir en carne propia la destrucción inevitable de la guerra.

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